Las primeras reacciones del establishment, perdón por el anglicismo, que uno no se da cuenta a veces que le nivel de inglés del país es “medio”, más o menos que el mismo que se tiene en política. Vale traducido a pesetas ese “medio” significa “ni puta idea”. Por eso procedo a desvelar qué significa establishment, según la wikipedia el término hace referencia al grupo dominante, visible (yo añadiría que los que están en la sombra mandan más) que ostenta el poder en una nación. Vale para que nos entendamos son los señoritos que siempre han mandado, que están acostumbrados a mandar y a los que les incomodan los pobres (porque son de los que se aprovechan), los inteligentes (porque les ponen en evidencia) y los nuevos (porque desenmascaran sus negocios).

Para que nos entendamos, el establisment son los niños mimados de cualquier película juvenil que abusan de todos los demás con el consentimiento del director del instituto que es amiguito de sus padres porque le dan dinero para las instalaciones del centro. Vamos, los malos de la película que se comportan como bebés, haciendo la vida imposible al recién llegado hasta que finalmente terminan siendo humillados.

Como comencé diciendo, la mohosa clase dominante, ha reaccionado a la llegada de “intrusos” al Congreso de los Diputados. Y eso que a pesar de tener la práctica totalidad de los medios de comunicación haciendo campaña en contra de Podemos, la formación morada ha entrado al Congreso con peso propio. Al establishment no le ha gustado nada que los diputados de las diferentes plataformas de Podemos hayan irrumpido alegremente en el hemiciclo, pisando con la decisión de quien sabe qué es lo que quiere conseguir y con la ilusión de saber que va a trabajar para ayudar a millones de personas que les han puesto ahí porque ya estaban hartos de que les timaran los demás. No les ha gustado nada.

Los voceros y medios de comunicación han comenzado a enlazar una sarta supina de estupideces con el objeto de vejar, menospreciar y tratar de quitar peso a los argumentos de los diputados de Podemos. Es decir, haciendo uso de la típica falacia ad hominem, que sólo es útil cuando tu público anda falto de capacidad crítica. Pero desprestigiar a alguien para quitarle valor a sus argumentos sólo cala en gente falta de entendimiento. (bueno con las sucesivas reformas educativas se está consiguiendo este efecto).

Las casposas críticas aparecidas en los medios de comunicación comprados por los mandatarios, van desde meterse con el pelo en rastas de su señoría, pasando por insinuar que huelen mal, o criticando una vestimenta alejada del encorsetamiento mental. En fin algo infantil y estúpido habida cuenta de que la mayoría de la gente común, la de la calle, la que vota a cualquier partido político, luce esa pinta a diario. Triste que en la cámara legislativa que representa la voluntad democrática del pueblo se critique a diputados que son del pueblo. ¿Cuál es el problema? Que sus decisiones no van a ir en el sentido de favorecer la vida de los financieros del establisment ¡Oh tragedia!

Y lo que ya me ha resultado muy triste es el asunto del bebé de la diputada Bescansa. No porque Sánchez-Camacho hiciera lo mismo en el 2011, si no porque no han querido entender el mensaje. A la diputada Bescansa claro que no le hace falta llevar al hemiciclo a su hijo, tiene la suerte de poder disfrutar de los beneficios de ser una diputada y de disponer de una estupenda guardería en su lugar de trabajo. De eso se da cuenta hasta el tonto del bote. Bescansa está haciendo una denuncia social, representando a miles de mujeres que no tienen esa suerte. Es muy triste que muchas mujeres hayan respondido a esa defensa de la maternidad con un “que haga como yo, que me las apaño sola” (A un burro le hicieron alcalde y todavía lloraba). Un hijo no es algo que haya que esconder, ya está bien de que la maternidad tenga que ser casi declarada como una enfermedad incompatible con la vida laboral. Pero claro denunciar la situación social de la gente no es del agrado del establishment, no sea que el dinero de los impuestos empiece a ir a la gente en lugar de a bancos y empresas afines.

No me quiero ni imaginar que próximos bulos, gracietas e infantiladas se sacarán de la manga, cuando la gente del pueblo consiga que desde el gobierno se cambie la política económica del país.